Brasilia.- El expresidente brasileño Jair Bolsonaro solicitó este viernes que la Corte Suprema le devuelva temporalmente su pasaporte, retenido hace casi tres meses, para viajar a Israel y atender una invitación del primer ministro Benjamín Netanyahu.
El líder de la ultraderecha había pedido lo mismo y con la misma excusa de viajar a Tel Aviv en marzo pasado, pero la corte se negó a devolverle el pasaporte pues consideró que tanto la prohibición de salir del país como otras medidas cautelares en su contra siguen en vigor y son «adecuadas y necesarias».
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En este nuevo pedido, los abogados del expresidente (2019-2022) explicaron que el viaje ahora sería en mayo, para una estancia de «seis días y siete noches» y en «una fecha a ser definida».
El pasaporte del expresidente está retenido por la Corte Suprema desde el pasado 8 de febrero, cuando fue realizada una operación policial en torno al núcleo duro del bolsonarismo, en el marco de una investigación de una supuesta trama para anular las elecciones presidenciales de 2022.
Esos comicios fueron ganados por el actual mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva, pero Bolsonaro no reconoció el resultado de las urnas y, según se sospecha, llegó a planificar con algunos de sus asesores una maniobra para intervenir la Justicia electoral, decretar un estado de sitio y permanecer en el poder.
En marzo, al solicitar por primera vez su pasaporte para viajar a Israel, Bolsonaro estaba bajo otra investigación en el Supremo, en ese caso por haber permanecido dos días en la Embajada de Hungría en Brasilia, lo que desató conjeturas sobre un posible pedido de asilo.
Esa investigación, sin embargo, fue archivada esta misma semana, pues el tribunal entendió que esa estadía en la delegación diplomática no violó ninguna de las medidas cautelares que pesan en su contra y que el hipotético pedido de asilo no fue comprobado.
Aun así, por ese episodio, la cancillería brasileña convocó al embajador de Hungría, Miklós Halmai, para que explicara la estancia del exgobernante en la embajada, que fue justificada con la «excelente relación» que Bolsonaro mantiene con el primer ministro Viktor Orbán, otra figura emblemática de la ultraderecha.